Como hicimos el curso pasado, aquí os dejamos una selección de trabajos que nos han inspirado/deleitado/emocionado provenientes de artistas de diferente estilo y condición. Esperamos que los disfrutéis tanto como nosotros.
Adjuntamos, también, la playlist de la cuenta Spotify de Adearte con una muestra de los trabajos aludidos. Deseamos sea de vuestro agrado.
Kamasi Washington – Fearless Movement
Kamasi Washington, el saxofonista tenor que revitalizó el jazz moderno, regresa con «Fearless Movement», un álbum que consolida su posición como uno de los músicos más importantes de su generación. Producido en gran medida por el propio Washington, este nuevo trabajo es un viaje sonoro épico que expande los límites de su sonido característico.
Si «The Epic» era un gran mural sonoro, «Fearless Movement» es una pieza mediana tan intrincada como llena de detalles. Las composiciones, en su mayoría firmadas por Washington, son más concisas y directas que en trabajos anteriores, sin perder un ápice de la profundidad emocional. La banda, un crisol de talentos que incluye a Kendrick Scott y Ronald Bruner Jr., ofrece un acompañamiento sólido y versátil, creando un sonido rico y orgánico.
La evolución de Washington como compositor es evidente en «Fearless Movement». Aunque mantiene su amor por las largas improvisaciones y las estructuras abiertas, el álbum también incluye piezas más cortas y concisas, como la conmovedora balada «The Garden». La influencia del soul y el funk, siempre presente en su música, se siente aún más fuerte en este nuevo trabajo, especialmente en temas como «The Chant».
Impecable y cuidadísima producción como de costumbre, que destaca por su claridad y dinamismo. Los arreglos son sofisticados y llenos de destreza. El resultado es un álbum que suena a la vez íntimo y grandioso, capaz de emocionar y sorprender a partes iguales.
Washington utiliza el jazz como vehículo para expresar sus inquietudes sociales y políticas. Su música es una llamada a la conciencia, una invitación a reflexionar sobre el mundo que nos rodea. En este sentido, «Fearless Movement» es un álbum profundamente político, aunque no de una manera explícita. Las referencias a la historia, la espiritualidad y la lucha por la justicia social están muy presentes.
En comparación con sus trabajos anteriores, «Fearless Movement» es un álbum más maduro y reflexivo. Washington parece haber encontrado una voz aún más personal y auténtica, sin dejar de experimentar y explorar nuevos territorios.
Augustine – Youth and why it ends
Augustine, con su melancólico universo sonoro, regresa con «Youth and why it ends», un álbum que se erige como un lamento íntimo y desgarrador por la fugacidad de la juventud. El disco es un viaje introspectivo que nos sumerge en un mar de nostalgia y melancolía.
Desde las primeras notas, se percibe un cambio en la sonoridad de Augustine. Si en sus trabajos anteriores predominaban los arreglos más minimalistas y acústicos, en este nuevo álbum encontramos una paleta sonora más rica y compleja. Las guitarras eléctricas, los sintetizadores y las percusiones se entrelazan creando atmósferas densas, delicadas – que no melifluas – y envolventes. Las cuerdas añaden una capa de profundidad emocional a las canciones, mientras que los sintetizadores crean atmósferas oníricas y etéreas.
Las letras, escritas por el propio Augustine, son un lamento por la pérdida de la inocencia y la belleza de la juventud: la nostalgia, la muerte, el paso del tiempo y la búsqueda de un sentido a la vida. Sin embargo, a pesar de su pesimismo, las piezas de Augustine no caen en lo sombrío ni en la desesperanza. Hay una belleza melancólica en su música que conmueve y emociona.
«Youth and why it ends» está lleno de reminiscencias pero por encima de todas se sitúan ecos de Roxy Music, de Waterboys o de Talking Heads así como referencias a la música clásica y al folk. Madura y ambiciona. Augustine ha ampliado su paleta sonora y ha profundizado en su exploración de temas existenciales. El resultado es un disco conmovedor y poderoso que nos invita a reflexionar sobre nuestra propia mortalidad.
Thandi Ntuli & Carlos Niño – Rainbow Revisited
Thandi Ntuli y Carlos Niño, dos de las mentes más creativas de la escena musical actual, se unen para terminar un álbum cuyo germen data de una parada de la artista sudafricana en Los Ángeles en 2022 con motivo de su gira de entonces. Dos días con Carlos Niño en el estudio casero de éste en Venice Beach dieron como resultado una grabaciones que había que pulir y que la agenda de ambos – Lincoln Center con Wynton Marsalis y la propia Ntuli incluído – pospuso 2 años.º
«Rainbow Revisited», producido magistralmente por el propio Niño, es un viaje introspectivo a través de paisajes sonoros exóticos y melodías hipnóticas. La voz de Ntuli, cálida y envolvente, es el hilo conductor de este álbum. Sus letras, llenas de poesía y espiritualidad, nos invitan a reflexionar sobre la vida, el amor y la naturaleza. La producción de Niño es impecable, creando una atmósfera rica y detallada que también da nuevos tratamientos a antiguas piezas de la discografía de Ntuli, además del material de 2022. Los arreglos, una combinación de instrumentos acústicos y electrónicos, son sofisticados y evocadores, creando un sonido único que es a la vez familiar y sorprendente.
El álbum es una celebración de la diversidad cultural y musical. Las influencias de la música africana, el jazz, el soul y la música electrónica se entrelazan de manera orgánica, creando un sonido que es a la vez global y personal. Niño, con su maestría en la producción, logra capturar la esencia de cada instrumento y cada voz, creando un tapiz sonoro rico y complejo: trompeta con sordina, piano eléctrico, sintetizador de caña, ritmos de fusión entrecortados y cadencias varias.
«Rainbow Revisited» es un álbum lleno de matices y sorpresas. Las melodías, a veces simples y repetitivas, se transforman y evolucionan a medida que avanzamos en el disco. Los ritmos, irregulares y cambiantes, nos mantienen alerta y nos invitan a explorar cada rincón de la música. Las letras, a menudo crípticas y abiertas a múltiples interpretaciones, nos invitan a encontrar nuestro propio significado en las canciones.
Mitski – The Land Is Inhospitable and So Are We
La artista nipona-americana de nuevo con otro álbum tras su irregular “Laura Hell” que seguía a su masterpiece “Be the cowboy”. Los 32 minutos del álbum The Land is Inhospitable and So Are we están llenos de melodías en las que Mitski puede escribir canciones de amor directas, llenas de bellas imágenes y cantar con su voz aterciopelada entre la intimidad y la sexy languidez cada vez más presente en su obra.
Todo el álbum es notablemente diferente a todo lo que ha publicado antes. Su sonido a veces se inclina hacia el shoegazing pero su vehículo principal es el country, o más bien el pop con influencias country que salía de los estudios de Los Ángeles a finales de los 60 y principios de los 70. Hay guitarras de acero de pedal llorosas, baladas en compás de vals, escobillas repiqueteando contra redoblantes, reverberaciones brillantes, coros y orquestaciones épicas…
Aquí, la imaginación alquímica que convierte los cúmulos en sierras se encuentra con luciérnagas que se precipitan como coches y trenes de mercancías que repiquetean como ganado salvaje. Mitski evoca escenas de una belleza descarnada y espectral, respaldada por los arreglos orquestales de Drew Erickson, responsable de la grandeza del viejo Hollywood de “Chloë and the Next 20st Century” de Father John Misty y del florecimiento cósmico de And in the Darkness, Hearts Aglow de Weyes Blood. Atrás queda el claustrofóbico synth-pop, el tenso sonido de la gran ciudad. El resultado es un disco más cálido, más relajado y con un sonido más orgánico que pone en primer plano su evocadora composición. Por primera vez en mucho tiempo, suena como si tuviera espacio para respirar. Como si [de hecho] se hubiera mudado de Nueva York a Nashville. Como si se hubiera liberado, vaya.
Éstas son algunas de las canciones más surrealistas, existenciales y fascinantes de la carrera de Mitski, que se alejan de las exigencias de su smash Be the cowboy para indagar en la esencia de la condición humana y nuestro lugar en el cosmos. El álbum sigue ofreciendo retratos del sufrimiento rutinario pero la enormidad del universo se encuentra presente incluso en los escenarios más mundanos, momentos íntimos cargados de significado.
Grandísima obra que necesitábamos de esta artista que, para nosotros, llena el hueco que la Cat Power de la primera década de siglo XXI dejó vacante en nuestros momentos de… [difícil de explicar].
Bayonne – Temporary Time
Bayonne, también conocido como Roger Sellers – compositor minimalista y músico electrónico estadounidense afincado en Austin (Texas) – nos presentó su último álbum, Temporary Time, muestra sobresaliente de loops de intrincadas melodías y composiciones en capas fascinantes. En lugar de basarse en motivos pegadizos esparcidos cíclicamente a lo largo de las estrofas, la música de Bayonne se construye sobre loops que se superponen unos a otros hasta culminar en una sinfonía sonora. Como resultado de esta superposición, el estilo de Bayonne parece situarse entre la electrónica y el ambient. Al principio de cada pieza, cuando empieza a establecer sus bucles, su selección del sonido resulta muy electrónica. Pero a medida que avanza la canción la naturaleza autosostenida de la melodía vira hacia el ambient.
El comienzo de cada canción está dedicado a establecer la melodía base perfecta sobre la que construir el resto del edificio. Esencialmente, para el escuchante, se trata de Bayonne jugando con diferentes instrumentos hasta que consigue la combinación perfecta de ritmo. A partir de ese momento, cada sucesión es como un paso más hacia lo etéreo, y cada bucle un viaje hacia lo no lineal.
Mientras que sus dos primeros álbumes Bayonne fueron autoproducidos, Temporary Time encontró a Sellers trabajando con los productores/mezcladores Jon Joseph (LANY, Gothic Tropic) y Danny Reisch (Shearwater, Local Natives), así como con el batería Matt Toman.
Ezra Collective – Where I´m meant to be
Lleno de conversaciones de llamada y respuesta entre sus componentes, producto natural de años de improvisación juntos sobre el escenario, Ezra Collective reflexionan sobre su lugar en el mundo y muestran a estos cinco instrumentistas en constante expansión en su segundo larga duración -siempre cargados de afrobeat, dub y sonidos contemporáneos- que incluye salsa, funky británico y algunas mezclas de géneros realmente impresionantes. Ezra Collective demuestran no sólo su intuición al tocar, sino también su habilidad para componer canciones y conformar un álbum redondo a prueba de incrédulos. El resultado es un álbum excepcional que centra la alegría y la comunidad, irradia positividad y rebeldía juvenil que tanto se echa de menos. Como estrellas invitadas nada menos que Sampa El Grande, Emilie Sande y Steve McQueen.
Ezra Collective se basa en los eclécticos cimientos musicales del primer larga duración, pero muestra ahora a la banda trascendiendo sus múltiples influencias para crear un sonido exclusivamente británico que es a la vez sugerente y accesible.
Los tensos polirritmos percusivos se combinan con las sinuosas líneas de bajo para proporcionar una sólida base groove, mientras que el pianista Joe Harmon-Jones aporta exuberantes acordes y airosos solos de dedos ágiles; y el saxofonista James Morrison y el trompetista Ife Ogunjobi se combinan para servir las punzantes líneas de vientos que son parte integral del sonido de Ezra Collective.
El grupo lanza una bomba al oyente cuando versionan Smile, el antiguo estándar coescrito por la estrella del cine mudo Charlie Chaplin. Es una canción que puede sonar cursi y empalagosa en las manos equivocadas, pero ellos hacen algo extraordinario con ella, reinventándola en el siglo XXI, con un motivo de trompa arrastrado y en bucle sobre un groove [muy] desenfadado. Es sin duda la declaración musical más poderosa y convincente de la banda hasta la fecha.
Michael Head & The Red Elastic – Loophole
El antiguo cantante y compositor de Shack tardó décadas en pasar de autor favorito de la crítica inglesa al éxito multitudinario. Ocurrió con “Dear Scott”, su anterior trabajo. Este 2024, y en los albores del verano el de Liverpool nos acaba de regalar una obra que nos gusta tanto como aquella. Nos atrevemos a afirmar que cuenta con mejores canciones en un devenir con más lugares en común con su dilatada carrera: más melodía, más estilos, más influencias foráneas, más psicodelia, y más emoción. Más frescura, en definitiva, aun con menos coesión. Ni falta que le hace a un Head pletórico de gracia en su madurez.
De nuevo producido por Bill Ryder-Jones, destacan las guitarras pero no carentes de vivor, riffs sencillos pero brillantes, cuerdas y metales flexibles sin exceso de notas y desarrollos de esos que llenan la boca, pero no sacian.
Nos quedamos con ganas de más, sin duda.
Khruangbin – A la Sala
Era difícil pensar que el trío de Houston tomaría la senda de la sencillez de su maravilloso trabajo de colaboración con Vieux Farka Touré en “Ali”. Definitivamente les ha sentado muy bien ceñirse a lo (casi) mínimo en este “A la Sala” para seguir reinando en el indie-jam más sofisticado. Se han eliminado aquellas secciones de sintetizador, doblajes percusivos o terceras voces de sus anteriores – y fantásticos – álbums. El resultado es una obra descomunal que lo es con ello y no pese a ello. Con la sutileza por bandera mantienen el tono psico-funk y neosoul fusionando influencias que harían complejo asimilar a priori a alguien que no los haya escuchado todavía: country, gospel, África, Medio Oriente, Brasil, Tailandia, reggae, hip-hop, rock sureño…
Antiguos admiradores de Sade [que os hayáis quedado un pelín desconectados de la música de nuestros días], aquí tenéis un hogar.
Magnus Öström y Dan Berglund – e.s.t. 30
Con motivo del trigésimo aniversario de Esbjörn Svensson Trio, Magnus Öström y Dan Berglund, en un emotivo homenaje a su compañero fallecido en 2008, convocaron a un selecto grupo de amigos músicos –Joel Lyssarides, Magnus Lindgren, Verneri Pohjola y Ulf Wakenius– para reinterpretar las piezas emblemáticas del trío. Los dos conciertos resultantes, en la Philharmonie de Colonia y en la iglesia Filadelfia de Estocolmo, fueron un viaje nostálgico y revelador donde la música trascendía lo temporal.
En este nuevo álbum, «e.s.t. 30», las melodías y los ritmos icónicos del trío original son reimaginados con una sensibilidad renovada. Cada músico, con su estilo, aporta una nueva dimensión a las composiciones, creando un diálogo musical rico y complejo. La trompeta de Pohjola, el saxo de Lindgren, la guitarra de Wakenius y el piano de Lyssarides se entrelazan con la sección rítmica de Öström y Berglund, generando una textura sonora envolvente y vibrante.
La interpretación de estos músicos en este álbum es una reinterpretación que honra la esencia original de las piezas, al tiempo que las proyecta hacia un futuro lleno de posibilidades. La melancolía inherente a la música de e.s.t. se intensifica, creando una atmósfera íntima y reflexiva que invita a la introspección.
El álbum es un testimonio del legado de e.s.t. y un homenaje a la amistad y a la colaboración musical. La grabación en directo captura la energía y la emoción de los conciertos, transportando al oyente al corazón de la interpretación. La calidad sonora es impecable, permitiendo apreciar cada matiz y detalle de la música.
«e.s.t. 30» es más que un simple álbum conmemorativo. Es una obra de arte que nos conmueve en lo más profundo y nos invita a reflexionar sobre el poder de la música para trascender el tiempo.
Magic Tuber Stringband – Needlefall
«Needlefall», la última entrega del dúo apalache Magic Tuber Stringband, es una exploración profunda y multifacética de las raíces del folk americano. Inspirados en la mística de Sarah Louise y el primitivismo de sus ancestros, Werner y Morgan tejen una rica tapicería sonora que dialoga tanto con la tradición como con la vanguardia. La banda logra un equilibrio delicado entre la melodía y la experimentación, creando una música que es a la vez familiar y sorprendente.
La danza, en este contexto, se convierte en una metáfora del caos y la creación, una fuerza que impulsa la música hacia adelante. La melodía, a menudo fragmentada y distorsionada, refleja la complejidad del mundo moderno y la búsqueda de identidad.
Los dos miembros principales de Magic Tuber Stringband son Courtney Werner y Evan Morgan. Tocan -principal pero no exclusivamente- violín y guitarra, llevan activos como dúo desde 2019 y tienen su base en Carolina del Norte. Needlefall es la continuación de un prolífico trabajo de pocos años, y es quizás su disco más logrado y cohesionado hasta la fecha. Logran un equilibrio entre los momentos más ligeros y melódicos (el mencionado A Dance On A Sunday Night) y las piezas más introspectivas y meditativas, en las que se nota más la influencia de la música experimental y la de los largos procesos de la naturaleza. Days Of Longing se sitúa a medio camino entre ambas: una melodía de violín sinuosa, como un río, que se entrelaza entre insistentes rasgueos antes de descender a una improvisación deformada y caótica.
El don inherente para el ritmo y la progresión de la banda puede hacer que una melodía de cuatro minutos suene como una ópera folk en miniatura. En algunos momentos, melodías extraídas de la tradición se funden con pasajes de improvisación y, por un momento, casi se puede experimentar el crecimiento y el cambio de la música folk en tiempo real. El resultado es una experiencia musical intensa, no exenta de sorpresas, pero excepcionalmente gratificante.